Contexto
Antes de comenzar a explicar cómo redactar las competencias y los resultados aprendizaje, es necesario realizar una introducción que contextualice la aparición de estos conceptos.
El proceso formativo en generaciones anteriores se basaba en un modelo centrado en el profesor, quien supuestamente era el que tenía “todas las respuestas” y, por lo tanto, los estudiantes debían obedecer.
En la actualidad, todo aquello cambió, y son los estudiantes quienes son los propios constructores de su aprendizaje, siendo guiados por el profesor/docente a través de un proceso formativo significativo.
En cuanto a la sociedad, ahora requiere de personas competentes en el campo de estudio que fueron formados, pero que también posean habilidades, actitudes y conocimientos transversales que le aseguren un proceso de aprendizaje continuo, colaborativo y cooperativo, tales como, la capacidad de liderazgo, valores, el trabajo en equipo, capacidad reflexiva, empatía, entre otras.
En este nuevo contexto, el modelo de formación por competencias propone la integración entre el conocer, hacer y ser, según la International Commission on Education for the Twenty-first Century, Delors, J. (1996). El modelo exige a los docentes estar preparados para facilitar el aprendizaje en instancias formativas contextualizadas y significativas. Envuelven, lo actitudinal y las habilidades necesarias para el trabajo y el aprendizaje para toda la vida.
¿De qué nos sirve saber sobre las competencias y los resultados de aprendizaje?
La educación basada en competencias permite definir, antes de iniciar el proceso de aprendizaje, los resultados esperados orientando la enseñanza y el aprendizaje. Obtenemos así los criterios para valorar los resultados del proceso educativo.
Competencias
Según el EEES (Espacio Europeo de Enseñanza Superior), una competencia es:
“La capacidad demostrada para emplear el conocimiento, las habilidades y las capacidades sociales y/o metodológicas en situaciones de trabajo o estudio y en el desarrollo profesional y personal. En el contexto del Marco Europeo de Cualificaciones, competencia se define en términos de responsabilidad y autonomía” (Recomendación 2008/C 111/01).
A grandes rasgos podemos categorizar las competencias en las siguientes áreas asociadas a los saberes:
Resultados de aprendizaje (RA)
Los resultados de aprendizaje son declaraciones de lo que se espera que un estudiante conozca, comprenda y/o sea capaz de demostrar después de terminar un proceso de aprendizaje (programa, curso, unidad o lección) y que tributan al logro de la competencia.
O, según la EEES (Espacio Europeo de Enseñanza Superior)
“el nivel de competencia alcanzado por el estudiante y verificado a través de una evaluación. Describen lo que un estudiante sabe, comprende y es capaz de hacer tras culminar con éxito un proceso de aprendizaje”.
Los resultados de aprendizaje comúnmente se expresan según competencias, lo cual genera confusiones que es necesario aclarar desde ya. Hay que considerar que los resultados de aprendizaje consideran conocimientos (información asimilada), destrezas (habilidad para aplicar conocimientos y técnicas) y competencias (capacidad demostrada para manejar un conjunto de habilidades, destrezas y conocimientos en contextos laborales). De esto se entiende que comúnmente se tomen las competencias y los resultados de aprendizaje como sinónimos aunque no lo sean, pues los resultados de aprendizaje son más amplios que las competencias.
Consideraciones a tener en cuenta antes de comenzar con la redacción
– Cuando estamos diseñando un curso, módulo o unidad de aprendizaje, debemos tener claro qué es lo que se espera que el estudiante, al finalizar del proceso formativo sea capaz de realizar o demostrar. Esta será la competencia.
– La competencia no se refiere a un desempeño puntual. Es la capacidad intelectiva de movilizar conocimientos, técnicas y de reflexionar sobre la acción.
– Una vez redactada la competencia se procede a redactar los resultados de aprendizaje / aprendizajes esperados.
– Los aprendizajes esperados son todos los conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes que el estudiante debe demostrar y que tributan al logro de la competencia.
Redactando las competencias y RA
La mejor manera para redactar las competencias y los RA es tener a nuestra disposición la taxonomía de Bloom, diseñada por el Doctor en educación de la universidad de Chicago, Benjamín Bloom, en 1956.
La taxonomía permite jerarquizar los procesos cognitivos de diferentes niveles (de ahora en adelante, nivel cognitivo) y sirve para facilitar las labores de evaluación.
Niveles cognitivos de la taxonomía de Bloom.
Bloom, asoció verbos de acción para cada nivel cognitivo que permiten redactar las competencias y los RA declarando la acción que el estudiante debe realizar o demostrar mediante una evaluación.
Veamos a continuación los verbos.
Nota: Algunos de los verbos se pueden encontrar en más de un nivel. Todo dependerá del nivel de complejidad asociada a la acción que deberá realizar el estudiante.
La taxonomía también ha presentado modificaciones, realizadas por Anderson & Krathwohl, 2001.
¿Cómo redactar una competencia?
Para redactar una competencia debemos considerar lo siguiente:
1. Al iniciar una redacción de competencias tenga en mente lo siguiente: ¿Qué se espera que el estudiante sea capaz de hacer al finalizar el proceso formativo?
2. Elegir solo un verbo de la taxonomía y que correspondan a los niveles superiores (análisis, evaluar, crear).
3. Escribir el verbo en infinitivo (debe terminar en ar, er, ir).
4. Redactar el objeto de acción o conocimiento.
5. Reflexionar y explicitar para qué.
Ejemplos:
Verbo + sujeto + finalidad
¿Cómo redactar una competencia?
Para redactar un RA debemos tener las mismas consideraciones que se tienen al redactar una competencia. Sin embargo, los verbos utilizados, generalmente, son de un nivel inferior (recordar, comprender, aplicar) aunque también pueden ser de niveles superiores. Además, un RA debe estar sujeto a ser evaluado para comprobar la adquisición del conocimiento.
Ejemplos:
Verbo + sujeto + finalidad
Nota: Algunos autores proponen escribir el verbo de acción en un tiempo declarativo. Es decir, en vez de escribir “Explicar” se debe escribir “Explica”. No obstante, lo anterior no afecta al logro del aprendizaje ni a la metodología formativa.
Ahora, que ya tenemos redactados nuestros resultados de aprendizaje, debemos indicar cómo evaluaremos dicho aprendizaje
Para finalizar este post, a continuación, se presenta una lista de preguntas que le permitirán verificar que los resultados de aprendizaje están bien redactados:
